Aseo de oficina: mejora tu salud en un ambiente limpio

Piensa que a partir de hoy estás destinado a pasar muchas horas en un espacio repleto de gérmenes, bacterias y virus que amenazan con convertir tu temporada en un infierno de tos, dificultades respiratorias, malestar muscular y decaimiento constante. ¿Te suena familiar? Quizás se debe a que en tu lugar de trabajo no existen las mejores condiciones higiénicas para ti y el resto de los trabajadores.

Aprende, a continuación, por qué el aseo de oficina es tan importante para mejorar tu salud y contribuir a la higiene industrial:

• Tu teléfono puede alojar más gérmenes que el inodoro. Pero el aparato celular o fijo no es el único que concentra gran cantidad de suciedad imperceptible: tu taza de café "regalona", el teclado de tu computador (si lo revisas ahora, seguro ves algún resto de comida entre las teclas), esa esponja que usas para lavar tu tupper luego de almorzar… y varios otros focos de potencial infección o alergia. Dato adicional: los gérmenes del resfrío pueden sobrevivir hasta por 18 horas en superficies duras, como las de tu escritorio.
• Malos aires, buenos resfríos. Muchas empresas, sobre todo en la época de invierno, tienden a evitar la ventilación de las oficinas (es decir, la renovación del aire permitiendo que ingrese una corriente del exterior y que se retire la que está al interior) y, en cambio, sólo hacen recircular una y otra vez el ya existente de los espacios de trabajo. Esto produce una contaminación que a veces los trabajadores desconocen, pero que luego se manifiesta con enfermedades respiratorias.
• Trabajar enfermos nos enferma. Muchas veces frente a la imposibilidad o inconveniencia de solicitar una licencia médica para recuperarnos de una enfermedad –quizás producida por los efectos del aseo deficiente en nuestro trabajo- los chilenos somos partícipes del fenómeno conocido como presentismo, existente hace mucho tiempo, pero realmente analizado a nivel nacional de forma reciente, y que consiste en asistir al trabajo con un estado de salud deteriorado. ¿Resultado? Un peor desempeño en la productividad, por un parte; y el posible contagio y propagación de virus a nuestros compañeros de labores, por otra parte.

La recomendación general para evitar todas estas situaciones es mantener nuestros escritorios ordenados y limpios (puedes tener a mano toallitas desinfectantes), ser cuidadosos con el aseo personal (lavarse las manos luego de ir al baño, lavar vasos, tazas y platos con agua caliente; exigir que nuestro espacio esté libre de potenciales riesgos para la salud, como ocurre cuando no hay ventilación apropiada o si no se realiza una limpieza a fondo de las alfombras y pisos; y, en la medida de lo posible, evitar exponer a nuestros compañeros y a nosotros a la propagación de más virus cuando estamos enfermos en el lugar de trabajo.

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